Quien me considere un traidor, una célula durmiente o cualquier mal rasgo, no me siga ni me lea para no cansarse.

 
14 de noviembre de 2013 

Un respetado colega llamado Amr Farouk me escribió un comentario sobre mi artículo sobre el abanderado egipcio en los sucesos de Mohamed Mahmoud, diciendo:

Al unirte a la revolución, ¿qué vas a representar? Nosotros, como oficiales, estábamos con la revolución, pero simplemente cumplíamos con nuestro deber. Pero si todos los oficiales hicieran lo que tú hiciste, ¿quién protegería el país? Es una pena que el rango que otorgaste se vea obstaculizado por él delante de tu nombre... Espero que lo completes y escribas "Mayor destituido").

Así que le dije: «Capitán Amr, mi respetado colega, sigo en el servicio y no me han despedido. Espero que, antes de precipitarse, se asegure bien de su información. No discutiré con usted si cree o no en la revolución. El tiempo le enseñará. En cuanto a mí, alabado sea Dios, estoy convencido de lo que hice, al igual que usted está convencido de que lo que hice se considera traición, y al final, habrá que rendir cuentas en el Día del Juicio Final».

Ya no me afectan quienes comentan mis publicaciones y dicen que soy un traidor, que tengo células durmientes, que soy una quinta columna o cualquier expresión que me ofenda. Al final, se sabrá quién estuvo con la revolución, quién estuvo en contra y quién fue engañado. La historia no mentirá al final.

Quienes me consideran traidor o no me creen, ¿por qué leen mis artículos? ¿Por qué me siguen? ¿Por qué me piden ser su amigo?
Por ejemplo, ¿le pediría a un israelí que se agregue a mi grupo o que lo siga?
Quien me considere un traidor, una célula durmiente o cualquier mal rasgo, no me siga ni me lea para no cansarse.

Si su intención es provocarme, le aseguro que no me dejaré provocar fácilmente y le responderé y lo bloquearé porque no tengo tiempo para discutir con tontos que no se pueden entender.

Comandante Tamer Badr
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