16 de noviembre de 2011
“Desde que tengo quince años, he estado luchando por la causa de Dios y por luchar contra los judíos para liberar la mezquita Al-Aqsa cautiva, y he sacrificado mucho por eso.
Intenté por todos los medios lograr este objetivo, pero creo que Dios eligió otra yihad para mí.
Yihad contra un sultán injusto que gobierna Egipto y obstruye mi objetivo en mi yihad de liberar Palestina.
Si éste es mi destino, lo acepto voluntariamente para liberar a Egipto de la corrupción.
Creo que la clave para liberar Al-Aqsa está en Egipto, y Egipto todavía está atrapado en la injusticia y la corrupción.
He decidido luchar contra esta injusticia aunque me cueste la vida, la de mi familia y la de mis hijos.
Le digo a Palestina que lamento no poder hacer nada por ustedes ahora hasta que libere primero a Egipto, y si Dios me concede la vida después de liberar Egipto, me esforzaré por liberar Al-Aqsa con todo lo que tengo.
Espero que Egipto sea liberado para que Palestina sea liberada.
Según Abu Sa'id al-Judri, quien dijo: Un hombre se acercó al Mensajero de Alá (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) en el primer Yamarat y le preguntó: «Oh, Mensajero de Alá, ¿cuál es la mejor yihad?». Permaneció en silencio. Al ver el segundo Yamarat, le preguntó, pero este permaneció en silencio. Tras apedrear el Yamarat al-'Aqaba, apoyó el pie en la estaca para subir. Preguntó: «¿Dónde está el que pregunta?». Respondió: «Yo estoy, oh, Mensajero de Alá». Dijo: «Una palabra de verdad ante un gobernante tiránico».
Estaré en Tahrir el viernes, si Dios quiere.
Os amo por Dios, hermanos míos.